Algo
está pasando en la economía que ven los que están
mejor situados para que en tan poco tiempo se concluya una reforma
laboral importante, y una reforma laboral de calado. La
reforma laboral consolida y prepara el terreno para que en 2008,
tras unas elecciones generales, se extienda el despido de 33
días por año trabajado y un máximo de
24 mensualidades a todos los contratos nuevos.
No
es que sea el acercamiento a Europa definitivo, en lo laboral
distamos mucho de la flexibilidad del Reino Unido o Alemania.
Sin embargo, sólo un Gobierno de izquierda y en una situación
que la exige ha podido hacérselo pasar a los sindicatos.
¿Cuánto dinamizará esta reforma la contratación
de personas? Está por ver en una España en la que
grandes sectores para su economía, como la construcción,
el turismo y la agricultura, y también el transporte,
tienen condiciones que justifican la temporalidad como
son su variabilidad de obra o su estacionalidad.
Al final, estos sectores tendrán que tener sus excepciones
y en ellos va a ser difícil reducir la temporalidad, so
pena de hacerlos inviables económicamente. Asistiremos
a un vayven de medidas particulares para estos sectores, porque
si no no va a ser hostelero ni agricultor, a que a la tercera
temporada haga fijo a nadie si sólo trabaja 6 meses. Lagunas
hay, aunque se hará más dificultosa la operativa.
En estos sectores habrá rotación cada tres temporadas,
habrá rotación entre empresas vinculadas. En suma,
tendrán que evitar ese límite de los 24 meses
con contrato en 30 meses, que será controlado automáticamente
por la Seguridad Social mediante el número patronal (las
trampas son evidentes, distintos números patronales, etc...)
Pero tarde o temprano, al extenderse el contrato de 33 días
de despido, estos sectores pedirán excepciones y fruto
de la negociación sectorial con los sindicatos y el Gobierno
haciendo de "hombre bueno", pues se arbitrarán
medidas favorables. El transporte deberá estar atento a
ello.
Indudablemente, otros sectores como el gran comercio, las grandes
empresas, tendrán que hacer fijos a muchos temporales (a
cambio, las bonificaciones son una subvención a los posibles
despidos, que suponen en grandes números un ahorro importante
que, unido a la mayor estabilidad en el empleo, la menor necesidad
de formación, serán un compensación apreciable
para las empresas). Al resto, que cumplía y no encadenaba
contratos supone una reducción en los costes de despido.
La medida va en la buena dirección, habrá que ver
si anima la contratación. Indudablemente, a los convertidos
en indefinidos les dará confianza para consumir.
Con las cifras del Gobierno, si consigue pasar a indefinidos un
millón de temporales conseguirá a lo largo de 2006
y 2007 un efecto parecido a la regularización de inmigrantes.
A corto plazo, más empleo, más consumo y dinamización
de la economía, justo cuando el petróleo y el
ciclo económico empieza a agotar la gran expansión
económica de España. Pronto sabremos si es suficiente
y a tiempo.
Por otro lado, llama la atención que en la reforma fiscal
se haya dado dos pasos de envergadura. Uno, adelantar la reducción
de la rebaja del Impuesto de Sociedades a 2007. Hasta ahora
se hablaba de hacerlo en cuatro años, a razón de
bajar un 20%, y eso sólo 5 puntos del 35% al
30%. Ahora parece que con la excusa de un acuerdo con los
nacionalistas catalanes se bajará a las PYMES (pequeñas
y medianas empresas) hasta el 25% y ya en 2007 (las PYMES tienen
el 30% del Impuesto de Sociedades en aproximadamente los primeros
100.000 euros de beneficio). Es decir, una aceleración
de las reducciones de impuestos a las PYMES, las grandes creadoras
de empleo. Dos medidas justo en un momento en que se enfría
el inmobiliario y cae la bolsa. Curiosas coincidencias. |