REVISTA LOGÍSTICA TRANSPORTE Y ALMACENAJE - 02/07/2018

La decisión de José.

¿Aprobarán los británicos la vuelta de Lema Devesa a Aena?

La frustrada revolución del canario al frente de Puertos del Estado.

Hasta jugar al Golf puntúa, salvo que no sea en Gijón.


El nombramiento de las dos empresas restantes del grupo Fomento, el presidente de Puertos del Estado y de Aena, dependen de muy diferentes razones. Aena, que es verdaderamente una empresa ya casi privada con un 49% de accionistas privados, necesita cierto consenso con los fondos que tiene en ese capital y con las formas de una sociedad anónima. Por eso, su nombramiento tiene que ser al menos participado con los poderosos fondos, entre ellos el británico TCI, que controlan la cotización de la empresa aeroportuaria más grande del mundo.

Por otro lado el último intento de poner al expresidente del Puerto de las Palmas archienemigo de José Llorca, que este frenó como su sucesor al frente de Puertos del Estado ha dado para el último "Falconcrest". Luis Ibarra declaró a la prensa que había retirado su candidatura.


La llegada de Isaías Táboas, antiguo secretario de Estado del ministro Blanco, a la presidencia de Renfe ha confirmado
la gran influencia que el último Ministro de Fomento está teniendo sobre el nuevo.

Junto con los nombramientos de su exdirector de gabinete adjunto, Sergio Vázquez, como ahora director del gabinete del ministro Ábalos, o Pedro Saura, el que fue presidente de SEPES nombrado por el mismo Blanco se añade el de Isaís Táboas.

En el caso de Isaías Táboas, que vuelve a Madrid, su influencia sobre el actual régimen aeroportuario fue fundamental.

Fue él el que dirigió, protegiendo los intereses de La Caixa y de Abertis en aquel momento inversores en aeropuertos, para dirigir una privatización de los aeropuertos españoles que concluyó el Partido Popular.

Fue Isaías Táboas el que encargó a Juan Ignacio Lema Devesa un modelo concesional que se apoyaba en concesionar los aeropuertos de Barcelona y de Barajas de forma independiente, dando satisfacción con ello a los diferentes grupos de poder empresariales y políticos en España, a saber: estaba claro por aquel entonces, y ya para el gobierno de Zapatero, las exigencias territoriales de los partidos nacionalistas catalanes.

Para aplacarles se ideó por parte de Montilla, que había sido el jefe de Táboas, y Zapatero una fórmula para dar entrada en el capital del Prat a La Caixa a través de Abertis. De esta forma, las exigencias nacionalistas se verían neutralizadas porque tendrían que ponerse de acuerdo con el poderoso empresariado catalán. Por otro lado, al concesionar separadamente el aeropuerto de Madrid Barajas se daba satisfacción a los otros grupos de poder como Ferrovial, ya un gestor aeroportuario de primer nivel con el aeropuerto de Heathrow.

Aquel modelo aeroportuario fracasó porque fracasaron las negociaciones con los nacionalistas catalanes, que ya entonces en un pleno proceso de dispersión de sus estrategias políticas no acertaron a elegir conformarse con aquella concesión del Estado de entregarles indirectamente la plataforma aeroportuaria del Prat.  

También los últimos años del gobierno de Zapatero con la crisis económica y financiera y el rescate bancario convulsionaron tanto a las altas esferas financieras como para distraer a La Caixa de cualquier veleidad de meterse en más jardines. De hecho, Abertis rápidamente se deshizo de sus divisiones y sus inversiones aeroportuarias y, finalmente, concentrada solo en las autopistas ha sido recientemente troceada y vendida a los italianos de Benetton y a Florentino Pérez de ACS.

Pero en el origen estuvo Táboas, que junto con Lema Devesa organizaron lo que después ha sido la privatización en una sola empresa y bajo un solo esquema nacional que el PP prefirió muchísimo más, ya que así se blindaba las exigencias nacionalistas sobre los aeropuertos al estar ya prácticamente privatizados. Una idea que también se sugirió para Puertos del Estado pero que no se materializó.

Ahora que el ministro Ábalos ya ha sido aleccionado de que Aena no la puede tocar de momento, en el sentido de paliar su altísima política de reparto de dividendos que da gran satisfacción a los fondos de inversión, que han visto como ha triplicado el valor de las acciones y sacan un suculento 70% del beneficio neto repartido en dividendos, ya tiene el placet de las "manos fuertes del mercado", los que mandan en roman paladino.

Como los aeropuertos han hecho grandísimas inversiones y están prácticamente nuevos y sin inversiones que haya que hacer en expansiones internacionales, evidentemente Aena es una vaca a la que se puede ordeñar durante algunos años, hasta que se caigan de viejo los aeropuertos como pasa con las terminales 1 y 2 de Barajas, tercer mundistas como ni en Pakistán, que acaba de inaugurar su T4.

El ministro Ábalos ya ha dado, y por tanto el gobierno de Sánchez, señales de que mantendrá el dividendo de Aena al menos durante un par de años para tener calma en la cotización y que la venta masiva por parte de los fondos de inversión no crease un desastre mediático en la compañía aeroportuaria.

Han sorprendido declaraciones incluso de mantener ese dividendo y aumentarlo al 80% del beneficio de Aena.

Con las excusas de que el Estado español se ve tremendamente beneficiado al sacar el 51% de esos dividendos para la caja del Estado.

Esta es la gran política de fondo donde se necesita alguien que mantenga esa paz con los accionistas en Aena.

Eso va a ser fácil siempre que no se toque el dividendo y se ponga una persona flexible y que les caiga bien a los fondos de inversión y no les produzca incertidumbre, cosa que ya les está produciendo simple y llanamente el cambio político y los problemas territoriales españoles.

Así en las cosas hay que saber si el ministro Ábalos, que quedó en verse con Juan Ignacio Lema Devesa, va a elegirle como nuevo presidente de Aena y si los ingleses de TCI lo van a aceptar.

A su favor que preside Tecniberia que está poniendo pleitos a Aena por sus subcontratas, matarían dos pájaros de un tiro.

PUERTOS DEL ESTADO.

En Puertos del Estado, se defiende Llorca numantinamente, aislado, ha logrado sabotear el intento de ponerle de sucesor a su pero enemigo Luis Ibarra, ex presidente del Puerto de Las Palmas, que le ha acusado de favorecer a un amiguete del Opus. O sea guerra a muerte.

Llorca se dice ha activado vía el abogado del Estado el litigio en el Tribunal de Cuentas por el pago de sobresueldos para imputar a Ibarra y Ábalos se ha echado para atrás.

Ya tenía su cuota canaria y ahora busca alternativas.

Sánchez Manzanares, el CNI de Blanco en la OPPE, maniobra y todos se han lanzado a auto promocionarse.

Hasta un director que ha tenido la suerte de jugar al golf con el nuevo subsecretario se está promocionando dicen, pero sus detractores le han sacado el dossier del puerto de Gijón donde fue consejero y podría tener que declarar, otro candidato neutralizado. Muerte en Roncesvalles.

La guerra en la sede del Partenon sigue como si fuese el asalto a Tarifa por los moros. Hasta Morón podría desembarcar en Madrid



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