REVISTA TRANSPORTE Y LOGÍSTICA - 09/04/2015 
La polémica del caso Leche Celta.
¿Son válidos los tenders para hacer reestructuraciones?.
La tertulia de los transportistas.
Se ha puesto de actualidad hasta donde se está llegando con los tenders de transporte en el caso denunciado por Fenadismer de Leche Celta, Coca-Cola y otras empresas. En estos casos las industrias ponen a tender bloques completos de transporte que se venían haciendo de otra forma; y que suelen ganar empresas grandes de transporte u operadores logísticos, con el mandato de reestructurar la organización del transporte. Esto ocasiona verdaderos conflictos.
Hay una parte de deseo legítimo de cualquier industria o cargador de reorganizar sus actividades de transporte.
Sin embargo como denuncian algunos incluso operadores logísticos, esto se esta llevando demasiado lejos por parte de algunos clientes y de algunas empresas que optan a estos tenders a sabiendas de que se va a organizar un conflicto.
También es verdad que en algunos casos las industrias están presas de los proveedores tradicionales de transporte, es decir de algunos transportistas, que los tienen amenazados con retirarles en bloque el transporte o tomar incluso medidas violentas con cualquier otro proveedor de transporte que se acerque a cargar en sus instalaciones. El asunto es por tanto complejo y espinoso. Cada caso es diferente y cada circunstancia especial. No hay ningún caso igual y no se puede generalizar. Sin embargo merece una reflexión que algunos hacen en voz baja y que compete a los medios de comunicación lanzar al mercado.
En primer lugar hay que ir al origen del problema que suele ser una organización del transporte obsoleta en cuanto a que las industrias se encuentran con múltiples proveedores de transporte cuya organización quiere simplificar, quieren aplicar nuevos sistemas de control y seguimiento de la era digital y agilizar su administración. A ello se une también que se les ofrece no solo reducir los costes administrativos y de transacción del antiguo modo de hacer transporte si no incluso los precios de transporte como tales.
Segundo: Al no prescribir claramente los cargadores el proceso y además ser muy delicado cualquier apertura de negociación con los actuales proveedores de transporte si se les dice la verdad del propósito se suele iniciar una acción muchas veces silenciosa para por lo menos asegurarse la sustitución del transporte en caso de problemas.
Tercero: Por estas causas se utilizan sistemas como los tender que no son los adecuados para tomar estas iniciativas. Sobretodo cuando los tenders se fijan prácticamente en la consecución de unas reducciones de costes de transporte unilaterales y rápidas.
Cómo dice un operador logístico es decir alguien sin camiones y de los que suelen ser acusados por los transportistas de malas prácticas en el mercado, pero que sin embargo tiene cierto nivel de autocrítica, el problema se inicia porque algunos cargadores quieren trasladar viejas estructuras de transporte, incluso con cooperativas o unidades de transporte con carácter societario, a otras formulas de transporte abiertas al mercado.
Relata este operador como se ha encontrado con cooperativas organizadas por los mismos cargadores-clientes y sociedades de transportistas que aunque mercantiles por el número de socios, vienen a funcionar de una forma cooperativa. Intentar deshacer esas estructuras formales o informales por parte del cargador de golpe y porrazo y mediante un tender puede traer problemas. Hay regiones de España con caracteres más violentos que otros donde estos cambios han acabado con el pinchazo generalizado de camiones, rotura de lunas y algunos incendios y sabotajes más fuertes.
Recomienda este operador que aquellos que quieran optar al tender hablen con franqueza con el cargador para orientarle en una ejecución del cambio pausada, organizada y explicada a los proveedores de transporte que vienen realizando el mismo.
La cuestión es pasar de plantear una situación de suma negativa para una parte es decir para los actuales operadores de transporte, que una de dos o bajan los precios de transporte y empiezan a trabajar para el nuevo operador de transporte señalado o sencillamente dejan de trabajar para esa industria, o se plantea un situación de suma positiva para todas las partes.
Pero esto necesita, convicción liderazgo y equidad a la hora de hacer las propuestas.
Es verdad que un operador grande de transporte puede aportar a los actuales transportistas mejores retornos y un trabajo más uniforme, unas retribuciones más ágiles en la parte del circuito de retorno que no tenían cubierto con la empresa cargadora para la que trabajan. Pero esto se tiene que hacer con tacto y con un espíritu generoso y a largo plazo. Hay veces que los actuales transportistas se han llegado a integrar en las nuevas situaciones y en las nuevas empresas pero esto es difícil con el marco laboral actual. En cambio lo frecuente que es lo que ha venido a denunciar Fenadismer es un proceder basado en un tender pero que desemboca en una guerra total o sometimiento de los antiguos transportistas a los nuevos. Cuando los antiguos transportistas son empresas grandes el efecto es una reestructuración del empleo, despidos, pérdidas para la empresa y un abandono de esa actividad del negocio como ya ha pasado en alguna empresa importante con la parte de los refrescos en Coca Cola.
En otros casos los actuales proveedores de transporte son una pléyade de pequeños transportistas o medianos que se ven en la tesitura de trabajar haciendo prácticamente el mismo trabajo para el ganador del tender, pero en este caso sometido a sus precios a sus condiciones de pago y a una realidad totalmente distinta.
El pensamiento de que esto es lo que iba a pasar con Leche Celta del grupo Lactogal es la que ha sublevado a más de 70 transportistas, lo mismo ha pasado en el carbón y en los refrescos pero es según cuenta Fenadismer una actividad generalizada y que viene de antiguo.
Directivos del lado contrario de los operadores logísticos reconocen que esto es así pero desplazan la responsabilidad a lo cargadores a los cuales es difícil de convencer de hacer transiciones respetuosas con los proveedores actuales y ser más generosos en las condiciones para no desembocar en una guerra total entre antiguos y nuevos proveedores que algunas veces ha desembocado en el sabotaje del nuevo proveedor del transporte y el abandono de este del tender ante la inseguridad física de seguir desempeñándolo.
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